Hoy se conmemora el Día internacional de la enfermera y es una celebración doblemente importante ya que 2020 ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud como el Año Internacional de la Enfermería y la Partería, en recuerdo del 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, precursora de la enfermería profesional moderna. La […]
Hoy se conmemora el Día internacional de la enfermera y es una celebración doblemente importante ya que 2020 ha sido declarado por la Organización Mundial de la Salud como el Año Internacional de la Enfermería y la Partería, en recuerdo del 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, precursora de la enfermería profesional moderna.
La efeméride permite volver la mirada hacia esta importante profesión que hoy será homenajeada en varias partes del mundo con una iniciativa promovida desde la Fundación Florence Nightingale, que consiste en encender una luz en los hogares en nombre del personal de enfermería. Para reconocer el enorme trabajo que están desempeñando en la lucha contra la COVID-19.
Por otro lado, a partir de diversos artículos publicados por el CIE, se ha buscado construir una reflexión sobre los aspectos que, en la actualidad, constituyen la piedra angular de la enfermería. Así como también sobre los mitos alrededor de ella que es preciso desarticular, para esbozar nuevas ideas sobre cómo debería ser la profesión en el futuro.
De este modo, los pacientes no se ven como receptores pasivos de cuidados sino como participantes activos que interactúan con las y los trabajadores de la salud. La enfermería comienza por comprender al paciente y cómo ha vivido. Algunos valores clave son la dignidad, la compasión y el respeto. De este modo, se apoya la dignidad del paciente y su familia y se respetan las opiniones y elecciones de vida del paciente
La dignidad del paciente se respeta plenamente y la confianza se construye con interacciones basadas en la comprensión y el afecto. De este modo se prestan cuidados personalizados considerando las perspectivas, los valores, las creencias y el contexto cultural de los pacientes.
En el momento adecuado, se les ofrecen cuidado con información pertinente para que puedan tomar decisiones sobre el tratamiento y la atención que van a recibir. Y así se termina logrando gestionar mejor la enfermedad, además de una mayor calidad de vida y mejores resultados para los pacientes.
deberá, por tanto, desarrollar una profunda comprensión de las necesidades de cada ser humano y recibir formación continuada centrada en la persona en su totalidad y en planteamientos holísticos para la resolución de problemas.
Las expectativas en enfermería implican respetar la sensibilidad moral (personal) y ética (profesional) al diseñar una brújula moral profesional. Se trata de la capacidad de tomar decisiones con inteligencia y compasión, considerando la incertidumbre existente en la situación en la que se están prestando cuidados y recurriendo a la comprensión crítica de los códigos de conducta ética, la experiencia clínica, el aprendizaje académico y el autoconocimiento, con la capacidad adicional de anticipar las consecuencias y el valor de actuar.
Requiere recursos emocionales y prácticos, así como una cultura que facilite y valore los componentes de los cuidados compasivos: formación continuada, decir lo que se piensa, asumir riesgos calculados, una cultura que no sea punitiva y que promueva normas de práctica ética, y referentes que animen a actuar.
Sin embargo, una revisión sistemática internacional de la percepción de la enfermería por parte de los ciudadanos realizada recientemente ha encontrado que el público confunde las funciones de las enfermeras: los ciudadanos confían en las enfermeras pero no necesariamente las respetan y no entienden su trabajo.
El conocimiento y la experiencia únicos de la enfermería sirven para determinar los problemas que hay que abordar en cada encuentro y estudiarlos con el paciente a través de su relación terapéutica. Este es el valor añadido que la enfermera aporta al procedimiento y que distingue la práctica de la enfermería de la práctica de la medicina.
si se realiza bien, la relación enfermera/o paciente se convierte en sí misma en una terapia que abarca la gestión de enfermedades, la educación para la salud y el apoyo para la resiliencia física, mental y emocional.
La ciencia de la enfermería se basa en las capacidades clínicas de la enfermera para realizar exploraciones físicas, prescribir y llevar a cabo tratamientos, derivar adecuadamente a otros miembros del equipo y gestionar los casos para obtener un buen resultado de salud.
"Trasplantat amb èxit el primer nen bombolla detectat a Catalunya gràcies al cribratge neonatal". VallHebron.com. 2019.
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