El cuidado de la herida quirúrgica es central en la recuperacion de pacientes que transitan un postoperatorio. Y los profesionales de la enfermería tienen un rol central en el proceso de cicatrización.
La enfermería tiene mucho para ofrecer en la atención de personas que transitan un postoperatorio. Y aquí, una de las labores que frecuentemente se demanda tiene que ver con el cuidado de la herida quirúrgica. Dicha tarea, que tiene vital importancia en la recuperación del paciente, requiere formación teórica y habilidades prácticas. La finalidad es lograr una asistencia eficiente y segura.
La cicatrización ha sido definida como el proceso de restauración de la continuidad y la función anatómica de la piel. Sigue una sucesión y superposición de eventos, o fases, que se inician luego la hemostasia. En una herida quirúrgica existe inflamación, proliferación y remodelación. Y en cada uno de esos pasos el desempeño del profesional de enfermería resulta central.
En un artículo publicado recientemente en la Revista Sanitaria de Investigación se brindan aspectos prácticos para el cuidado de la herida quirúrgica. El texto -que incluyó una revisión de la literatura disponible acerca de este tema- lleva la firma en primer lugar de Pilar Artiaga Irache. Es graduada en enfermería y se desempeña en el nivel de atención primaria.
Una cicatriz “ideal” es aquella imperceptible y no asociada a ninguna alteración funcional. Conseguirla es el objetivo de cualquier procedimiento quirúrgico.
Pero la realidad indica que una serie de factores inherentes a los pacientes es capaz de alterar todo el proceso. En el texto se mencionan como más frecuentes a: la edad avanzada, el tabaquismo, el estrés, la desnutrición, o el empleo de medicamentos, como por ejemplo los corticoides.
Por ese motivo, una valoración inicial del paciente resulta ineludible. En la historia clínica se deben consignar todos los factores sistémicos y locales que condicionan la cicatrización. Por otro lado, siempre resulta de buena práctica indagar acerca de alergias a medicamentos u otros productos que podrían ser empleados para la herida quirúrgica.
Durante la evaluación inicial es conveniente, además, consignar aspectos de la propia herida quirúrgica. Podrían mencionarse como relevantes al tipo de cierre de la herida: el material de sutura empleado, la localización, la presencia de restos tisulares, o la existencia de complicaciones incipientes. Por último, durante la inspección inicial resulta de utilidad la toma de una fotografía. Ya que por medio de ella es más sencillo seguir la evolución de la cicatrización durante semanas.
Al momento de la puesta en marcha de un plan de cuidados surgen interrogantes relacionados con el antiséptico a emplear en la curación. Pero según el texto, la mejor opción resulta la povidona iodada. Dentro de las principales fortalezas del compuesto se destacan la actividad de amplio espectro, la capacidad para traspasar biofilms y la ausencia de resistencias por parte de los agentes infecciosos.
La povidona iodada ha demostrado actividad contra bacterias, hongos, virus, esporas, protozoos, e incluso amebas. En el ámbito hospitalario algunas investigaciones ya han establecido la eficacia del antiséptico contra agentes causantes de infecciones nosocomiales severas, como por ejemplo el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM). Por otro lado, su empleo se asocia a una buena tolerancia y a una muy baja frecuencia de dermatitis de contacto.
Los principios básicos en el cuidado de las heridas quirúrgicas incluyen el uso de soluciones con efecto antiséptico, el desbridamiento y limpieza de tejidos no viables, así como la detección temprana de posibles complicaciones. Las más frecuentes aquí son la hemorragia, dehiscencia, necrosis e infección. Deben ser tenidas siempre en cuenta en pacientes pluripatológicos, en ancianos, o en aquellos que se encuentran bajo antiagregación y anticoagulación.
“Los cuidados de enfermería resultan claves para conseguir una óptima cicatrización y, en especial, para la detección precoz de los signos y síntomas que orientan hacia hemorragia, infección u otras complicaciones”, comenta Artiaga Irache en el texto. Y agrega que “la enfermería es la principal encargada del cuidado de las heridas quirúrgicas y su valoración inicial resulta esencial para un buen inicio en el cuidado”.
Pediatría
Medicina general
-Cuidados de enfermería en la cicatrización de heridas quirúrgicas, una revisión bibliográfica. Pilar Artiaga Irache, Victoria Subías Urbano, Iria Belmonte Azábal, Encarnación Sancho Alcañiz, Marta Castillo Quilez, Clara Lombera Álvarez. Revista Sanitaria de Investigación, ISSN-e 2660-7085, Vol. 4, Nº. 5, 2023.
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