The American College of Obstetricians and Gynecologists desaconseja la siembra vaginal al recién nacido por cesárea. ¿Por qué?:
The American College of Obstetricians and Gynecologists desaconseja la siembra vaginal al recién nacido por cesárea, por no existir datos sólidos que la respalden
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La escasez de datos médicos que justifiquen la práctica del ‘seeding’ o siembra vaginal ha conducido al The American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG) a no recomendar esta técnica en los procesos de parto por cesárea.
El ‘seeding’ consiste en frotar al bebé recién nacido por cesárea con una gasa o hisopo de algodón que contenga los fluidos vaginales de su madre, para transferir la flora vaginal de la mujer a la boca, nariz o piel del neonato. Esta práctica se ha popularizado entre quienes creen que permite una colonización adecuada de la microbiota fetal y, por lo tanto, reducir el riesgo posterior de asma, enfermedad atópica y desórdenes inmunes en los bebés. Sin embargo, la ACOG pide cautela, pues no existen estudios suficientemente representativos como para sustentar esta práctica, por lo que no la recomienda ni la fomenta, y la restringe únicamente acasos que se encuentren delimitados por un contexto de investigación.
Las advertencias publicadas por la institución alertan sobre las posibilidades de que, lejos de fortalecer el sistema inmunológico del recién nacido, el ‘seeding’ se convierta en una posible vía de transmisión de bacterias, infecciones y virus que pudiera presentar la madre al momento de la cesárea, como la clamidia, gonorrea, virus del papiloma humano, estreptococos del grupo A e infecciones por el virus del herpes simple, entre otros.
En este sentido, aconsejan que, si una mujer insiste en su deseo de que se lleve a cabo esta práctica, el médico deberá informarle sobre los riesgos vinculados y exhortarle a la realización de exámenes que certifiquen su adecuado estado de salud para el momento del nacimiento del bebé. “La estratificación del riesgo es razonable para estas mujeres en forma de pruebas de enfermedades infecciosas y bacterias potencialmente patógenas. Pruebas de suero para el virus del herpes simple y cultivos para estreptococos del grupo B, C trachomatis y N gonorrea deben ser alentados”, indica un comunicado de prensa, donde también se recomienda al obstetra documentar la discusión.
La ACOG insiste también en que, en los casos en que se realice la técnica, el pediatra o médico familiar que atienda posteriormente al neonato debe ser puesto al tanto sobre ese factor, para que pueda estar atento ante la posible manifestación de algún síntoma vinculado con un posible contagio.
Hasta el momento, las investigaciones que respaldan la eficiencia del ‘seeding’ resultan insuficientes en términos metodológicos para la consideración de la ACOG, bien en lo referido a la magnitud de la muestra o a la consideración amplia de los factores de riesgo involucrados. De acuerdo con la institución, ningún estudio ha logrado comprobar enteramente que el contacto con la flora vaginal de la madre pueda favorecer a la colonización natural del intestino del bebé y, más aún, se insiste en que “si la hipótesis es cierta, se desconoce el mejor proceso para compensar esta disbiosis del intestino neonatal”.
Por esto, la ACOG recomienda “que la siembra vaginal no se practique hasta que se cuente con datos adecuados sobre la seguridad y beneficio del proceso”, al tiempo que insiste en que la escasez de datos sobre el tema respalda la necesidad de realizar nuevos y más completos estudios al respecto.
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