La nueva patología podría aparecer a partir de un mecanismo de transmisión zoonótica, como ocurrió con el Ébola o el VIH

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Con un nombre que recuerda a la ciencia ficción, pero que resulta, a la vez, suficientemente abierto como para dejar clara la variabilidad de su origen y riesgos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llamado la atención sobre el potencial de la “enfermedad X” para ocasionar una próxima epidemia sanitaria en el mundo.

Cuando hablan de enfermedad X, hacen alusión al conocimiento de que una epidemia internacional grave podría ser causada por un patógeno desconocido que actualmente cause enfermedad en humanos, por lo que exhortan a que el sistema sanitario mundial esté preparado para dar respuestas a una crisis de ese tipo. Así lo indicaron en su “Segunda revisión anual de enfermedades prioritarias”, donde los expertos evaluaron el potencial de ciertas patologías para generar un problema de salud pública, en función de sus métodos de contagio y síntomas, así como de la inexistencia de vacunas o tratamientos eficaces para su control.

El listado emitido por la OMS incluye enfermedades como el virus del Ébola, la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, el Zika, la fiebre de Lassa, la fiebre del Valle de Rift, coronavirus del síndrome respiratorio del Medio Oriente, síndrome respiratorio agudo severo, Nipah, enfermedades henipavirales y, precisamente, la aún indefinida enfermedad X.

De acuerdo con el informe de la OMS, “estas enfermedades plantean riesgos importantes para la salud pública y se necesita más investigación y desarrollo, incluida la vigilancia y el diagnóstico. Deben ser observados cuidadosamente y considerados nuevamente en la próxima revisión anual. Se alientan los esfuerzos intermedios para comprenderlos y mitigarlos”.

¿Cómo prevenir lo desconocido?

Resistencia a los antibióticos, mutaciones de virus animales o variaciones de influenzas ya existentes. La causa que podría generar la aparición de la enfermedad X es, aún, desconocida, como también sus modos de contagio o los efectos sobre el organismo del paciente. Entonces, ¿cómo anticiparse?

José María Martín Moreno, catedrático de Salud Pública de la Universidad de Valencia y exdirector de Gestión de Programas para Europa de la OMS, declaró a El País que considera más probable que la nueva enfermedad aparezca a partir de un mecanismo de transmisión zoonótica, como se dio con el Ébola o el VIH. “A medida que el ecosistema y los hábitats humanos cambian, siempre existe el riesgo de que las enfermedades salten de los animales a los humanos”, dijo. Aún es, sin embargo, temprano para saberlo.

Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EEUU, declaró a CNN que la introducción de la enfermedad X en el listado representa la intención de la OMS de que médicos y científicos actúen ágilmente en la creación de tecnologías adaptables de diagnóstico y de contención de epidemias variables.

Según se indica en ese portal, los investigadores podrían desarrollar “recetas personalizables para crear vacunas. Luego, cuando ocurra un brote, secuenciar la genética única del virus que causa la enfermedad y conectar la secuencia correcta en la plataforma ya desarrollada para crear una nueva vacuna”, por ejemplo.

Juan Pablo Horcajada, jefe de servicio de enfermedades infecciosas del Hospital del Mar en Barcelona también declaró a El País que es necesario que los sistemas sanitarios estén preparados para abordar la enfermedad en el momento de su aparición, para hacer frente al diagnóstico y a su contención. Entablar redes multidisciplinarias y contar con protocolos de acción preestablecidos serían estrategias de gran utilidad para sentar las bases de un mecanismo que sirva “tanto para un virus respiratorio como para un virus que va por el agua, una bacteria resistente a los antibióticos o un hongo ambiental”.