Científicos alemanes presentan espermatozoides modificados con fármacos, como una posible alternativa a la quimioterapia

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Científicos alemanes del Instituto Leibniz para el Estado Sólido y la Investigación de Materiales-Dresden presentaron una propuesta innovadora para el tratamiento del cáncer de cuello uterino y de otras afecciones ginecológicas: un procedimiento que utiliza al semen como transmisor del fármaco antitumoral clorhidrato de doxorrubicina.

El estudio, publicado en la revista ACS Nano,  propone la intervención de espermatozoides a los que se les colocan pequeños “arneses” en los que llevan, cual mochila, la droga recetada en dirección al útero. En la investigación se utilizó un campo magnético para guiar el motor híbrido de esperma bovino hacia el tumor crecido en el laboratorio. “Cuando los brazos del arnés presionaron contra el tumor, los brazos se abrieron, liberando la esperma. El esperma luego nadó dentro del tumor, fusionó su membrana con la de una célula cancerosa y la liberó”.

Los resultados de este estudio registraron una efectividad alta, pues el 87% de las células cancerígenas fueron eliminadas en tres días.

Aunque aún no ha sido probado en humanos, los investigadores de este proyecto se mostraron optimistas ante este método que podría alzarse como una alternativa eficiente y menos invasiva a la quimioterapia para el tratamiento de este tipo de tumores.

En el ensayo, los científicos indicaron algunas de las características de los espermatozoides que los convierten en portadores casi perfectos del tratamiento. Entre ellas, resaltan su facultad para “nadar” dentro del cuerpo sin ser rechazados por el sistema. Además, a diferencia de las alternativas sintéticas, los espermatozoides tienen la capacidad de fusionarse con las células cancerosas del cuello uterino, lo que permite que el fármaco sea dirigido expresamente al lugar a tratar, sin desvíos y sin que la droga se diluya en el camino.

Datos del Ministerio de Salud revelan que en Argentina ocurren más de dos mil muertes anuales a causa del cáncer de cuello uterino. Hasta ahora, el tratamiento más frecuente recetado para contrarrestar este tipo de tumores es la quimioterapia, pero es sabido que este método produce numerosos efectos secundarios y, por lo impreciso de su aplicación, puede afectar también a células sanas.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud “más de 83.000 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de cuello uterino y casi 36.000 murieron por esta enfermedad en la región de las américas en 2012. Si las tendencias actuales continúan, se prevé que el número de muertes en las Américas aumentará un 45% para 2030”.

Un tratamiento más efectivo, en conjunto con la detección temprana, serán vitales para reducir estas cifras en la región.